Tour Ordesa y Monte Perdido — Julio 2020
Día 5. Refugio de Goriz a Pradera de Pineta por la Fuen blanca y el Collado del Añisclo
¿Adivináis? Otra noche que dormí poco y mal. Yo, en mi linea ja ja ja.
Esta vez decidimos levantarnos a las 6:00 para estar desayunando a las 6:30. Cumplimos como un reloj suizo y atracamos el buffet del desayuno. Yo me levante sin mucha hambre pero fue ver comida y mi cuerpo ponerse en modo “COME TODO LO QUE PUEDAS”.
Desde Goriz hay dos formas de ir a nuestro punto de inicio:
1-. La Faja de las Olas
2-. La Fuen Blanca
Ambas rutas suben al Collado de Arrablo por un sendero disfrutón y bonito que tiene al final unas vistas muy chulas. Llegados a ese punto hay que decidir. Mas adelante volverán a unirse para bajar a Pineta desde el Collado de Añisclo.
La faja de las Olas para las personas que tienen vértigo entrañan un peligro adicional. Aunque tiene cadenas, esta muy expuesta y es en bajada, pero dicen que las vistas merecen la pena.
Lo bueno es que tan solo hay que subir y ya luego bajar. La ruta de la Fuen Blanca también es muy bonita pero hay que bajar un cojón, para luego volver a subir otro cojón y terminar bajando dos cojones y medio.
Tras valorarlo, y si bien la noche de antes ya habíamos decidido ir por la faja de Las Olas, sabíamos que una persona del grupo lo iba a pasar realmente mal. Como no estamos aquí para sufrir decidimos ir por la Fuen Blanca con todas sus consecuencias.
La ruta no defraudó y nada mas empezar a bajar nos dimos cuenta de lo espectacular de la zona. Sin palabras.
Por el cañón no hacían mas que divisarse cataratas y pozas, era un autentico espectáculo.
La ruta seguía bajando y bajando con algún que otro paso volado. Íbamos lentos pero seguros reagrupandonos cada pocos minutos.
Todo lo que sube tiene que bajar, pero en nuestro caso era lo contrario. Muy a lo lejos se divisaba parte del Collado del Añisclo… “joder que lejos queda, esto va a picar”. Y así fue, el grupo se estiraba y cada pocos minutos nos volvíamos a reunir. Descansábamos unos pocos minutos y otra vez para arriba. Decidí trocear la subida de 200 en 200 metros de desnivel positivo y creo que fue acertado.
Como se suele decir “pues ya estaría!”, dos horas después, 4 km y 1000 m. de desnivel positivo, estábamos en el Collado de Añisclo.
Una vez arriba te das cuenta de que todo lo que habías leído de esta bajada era cierta: “se va a hacer bola”.
En poco mas de 3 km deberíamos salvar los 1200 m de desnivel negativo. Es una senda que en algunos tramos te puede invitar a trotar pero esta salteada de pasos y piedras que hay que salvar.
Llegar a la Pradera nos costo casi 3 duras y largas horas. La ultima parte reconozco que es lenta y pesada pues ademas de varios pasos de cadenas hay que bajar mucha piedra. De los 5 que eramos 2 empezaban a mostrar ya síntomas de bastante cansancio. A mitad de bajada decidimos cambiar de táctica para no “quemar” al mas lento, así que a partir de ese momento marcaría él el ritmo. Decisión bastante acertada.
Poco antes de llegar al desvío hacia el refugio de Pineta decidimos que los 3 mas rápidos meteríamos velocidad, pues todavía quedan desde ahí otros casi 3 km hasta donde dejamos el coche hacia 5 días.
En 20' de paso y bastoneo rápido nos ponemos en el coche. Tiramos las cosas al suelo y nos abrazamos. Hemos completado 80 km y mas 6000 m de desnivel positivo por una zona fantástica.
La sensación de sentarse en una maquina y que te transporte donde tu quieres es muy placentera je je. Ponemos rumbo al Refugio de Pineta donde nuestros 2 compañeros acaban de llegar. Se suponía que podíamos ducharnos ahí pero por tema de COVID nos dicen que no puede ser.
Nos dan nuestra bebida de bienvenida y nos dicen que se pueden comer cosas frías (bocadillos). Pensamos que después de esto nos merecemos algo mas así que 5' mas adelante encontramos un camping con restaurante donde nos ofrecen un menú del día riquísimo.
Ya solo quedan 5 largas horas de coche hasta Madrid, sucios a mas no poder y oliendo a chotuno que tira p’atrás.
He cumplido un sueño y he dejado otro a medias. Tuve la Brecha de Rolando a tiro de piedra, la pude rozar con mis manos, pero comprendí y acepte que no era el momento y que de esa forma estaré obligado a volver, esta vez, con mi mujer y quien sabe si mi hijo.
Nada me haría mas feliz.
Durante 5 días he compartido risas, vivencias, “problemas”, secretos y experiencias con un grupo de gente de lo mas variopinta. Aprendimos todos a perdonar, ser comprensivos, trabajar en equipo y tomar decisiones por el bien del grupo. Y eso… mola que jode!
Como solíamos decir cuando la cosa se ponía chunga… “CORRE PARRALES! NO MIRES ATRÁS!”
Nos vemos en la próxima aventura!
