Tour Ordesa y Monte Perdido — Julio 2020
Día 4. Subida a Monte Perdido por La Escupidera
Otra noche mas que dormí poco y mal. Aunque Goriz da desayunos desde las 6:30 decidimos quedar a las 7:00, no había tanta prisa. Una de las cosas buenas de Goriz es que tiene taquillas así pues sacamos absolutamente todo de las mismas y dejamos solo el picnic que nos dieron, algo de abrigo para cima y agua. Que diferencia ir tan ligero!
Nos tomamos con calma el desayuno, el cual estaba genial, tipo buffet: café, tostadas de mantequilla y mermelada y magdalenas. Al final entre que preparábamos las mochilas y demás eran las 8:30 cuando iniciábamos la ruta.
La subida al Perdido es no parar de subir, de principio a fin, así que hay que tomársela con calma y disfrutando del paisaje. Para mi fue el día mas sencillo de todos. Por la fecha en la que estábamos tuvimos mucha suerte pues solo tuvimos que atravesar 3 o 4 neveros de los cuales solo 1 tenia un peligro real.
Una vez en el Lago Helado comienza la subida por La Escupidera con una pendiente entre el 30 y el 40%. Se asciende todo el rato en paralelo sin pisar nieve y además este año no hay que atravesar el temido nevero pues en la parte alta no ni rastro del duro hielo que suele haber en otras ocasiones, así que no hacen falta crampones.
La subida se hace lenta pero sin pausa. Hay tramos con algo mas de peligro pues la gente que va por arriba suele desplazar rocas y piedras a la gente que va por debajo.
Como se puede observar, este año no hay que tocar nieve para poder subir
Salvado el 99% del desnivel desde el Lago Helado se llega a un llano. Desde ahí tan solo falta subir un pequeño y fácil nevero. Aquí decidimos hacer una parada en un vivac pues las vistas merecían la pena.
Desde aquí arriba tenemos unas vistas increíbles de todo lo que habíamos hecho el primer dia de ruta: la subida al Puerto de Lera y el refugio de Tucarroya justo delante del ibon de Marmore.
Nos damos cuenta de la tremenda suerte que hemos tenido con el tiempo. El Perdido suele tener o bien mucha nube o mucho aire y nosotros no tuvimos nada de nada.
Después del parón en el cual ya hicimos buen acopio del picnic que nos prepararon en Goriz decidimos subir los pocos metros de desnivel que nos quedaban y culminar el hito del día.
Estuvimos un buen rato sentados admirando lo insignificantes que somos, comentando que debíamos hacer esto con mas frecuencia, que el año que viene habría que organizar otra aventura igual… tampoco había mucha gente en la cima pues como el tiempo daba malo parece ser que mucha gente cancelo sus reservas en Goriz. No hacia nada de frió ni de viento. Hubiese estado genial comer arriba pero en el Lago Helado habíamos dejamos a un amigo que no pudo subir y preferimos bajar para que no esperase mas y poder comer juntos.
Nacho y Yo decidimos bajar La Escupidera al trote dejándonos caer. Una vez que aprendes a mimetizarte con el terreno todo se convierte como en un baile. Lo que habíamos tardado 1h en subir esta vez lo bajamos en menos de 20'. Nos lo pasamos genial, lo gozamos, era imposible estar pasándoselo mejor que en ese momento. Una pena no tener vídeo. Tendremos que repetir ;-)
Llegamos los primeros al Lago Helado donde nos esperaba Alfredo. Decidimos meter los pies en el Lago Helado y comprendimos por que se llama así. Yo solo dure unos segundos dentro.
Una vez reunido el grupo nos sentamos al sol y comimos tranquilamente.
Al rato decidimos levantar el campamento e ir a visitar una pradera junto a una cascada que conocían varios de hace 2 años cuando estuvieron aquí.
Esta vez el nevero había que hacerlo de bajada, lo cual lo hacia un poco mas peligroso. Por suerte le estaba dando el solo desde hacia unas horas y había mas huella marcada.
Después de un rato de bajada alegre llegamos al siguiente punto de parada
De aquí a Goriz seguía quedando un buen rato de bajada por un sendero que combinaba alguna que otra zona técnica. Nacho y Yo otra vez decidimos lanzarnos a correr haciendo la goma y otra vez volvimos a disfrutar como pocas veces lo habíamos hecho. El km y medio y 400 m negativos que faltaban nos lo ventilamos en 15'. Ni tan mal!
Una vez en Goriz nos dieron la sorpresa que debido a las cancelaciones de ultima hora podríamos volver a dormir en nuestra habitación. Se suponía que esa segunda noche deberíamos dormir en tienda de campaña. Así que, alegría p’al cuerpo!
Nos dimos una ducha, nos pusimos guapos y salimos fuera a tomar unas cervezas que debo decir que en altura sientan mil veces mejor.
Volvimos a cenar como reyes: garbanzos con verduras riquísimos y de segundo arroz con pechugas de pollo y una salsa de curry.
Otra vez que salía rodando del refugio.
Nos sentamos tranquilamente a ver atardecer sentados en una mesa mientras nos tomábamos unos chatos de vino que habíamos comprado.
Al día siguiente el grupo volvía a dividirse. Nosotros 5 volveríamos a Pineta y el resto a Torla.